En cuanto entré a su depa, le pedí que se fuera quitando la ropa, pues yo estaba muy cachondo, ya con mi pene más duro que una piedra, ella me obedeció y me llevo a su cama donde comenzamos con una increíble sesión de mamadas, primero la brasileña me succionó terriblemente, haciendo ver las estrellas, me dijo que tenía una gran verga negra y que desde hace tiempo traía antojo de comerse una así de grande. Luego fue mi turno de mamar pilinga, ella también la tenía de muy buen tamaño, así que batalle un poco para metérmela en la boca. Para culminar tuve la oportunidad de probar ese inmenso culo, ensartándola como una brocheta.[/expand]
negro se va a rio de janeiro para follar con transexual carioca
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